4. Las principales pruebas que la correspondencia del Gobierno Paraguayo aporta sobre una eventual alianza prematura contra el Paraguay.

En el Archivo Nacional de Asunción (A.N.A.), en la actual sección “Archivo Histórico de la República del Paraguay”, ex “colección Vizconde de Rio Branco” se hallan varios ejemplos de que el mismo gobierno paraguayo estaba al tanto que una eventual alianza prematura no tenía entidad o, de alguna manera, cualquier entendimiento que podía existir previamente no obligaba a la Argentina a honrar algún tipo de compromiso. A quien más se lee en este caso es al canciller paraguayo José Timoteo de la Paz Berges Villaalta (1814-1868) (foto) y a su agente confidencial en la ciudad de Buenos Aires, Félix Egusquiza.

Egusquiza –desde Buenos Aires- aporta pruebas que desbarranca a la falacia lopista. Carta a Berges del 7 de diciembre de 1864:

Sobre la alianza de este gbno. (gobierno argentino con el Brasil) se me garante que no tendrá lugar y no estoy distante de creerlo porque eso seguramente importaría la caída del Gral. Mitre porque la opinión general en la población es hostil al Brasil a pesar de la prédica de los diarios y los “crudos” son los primeros aunque éstos aparentemente quieren la alianza pero es con el fin de despertar los ánimos contra el gobierno Nacional y mandarlo a pasear a otra parte(Sic)[1].

El texto es tan claro que no merece mayores aclaraciones, no hay alianza prematura entre la Argentina y el Brasil para traerle una guerra al Paraguay a diciembre de 1864 cuando el Paraguay ya capturó el “Marques de Olinda” y convirtió en prisionero al presidente del Mato Grosso, el Cnel. Ing. Carneiro do Campo.

La respuesta de Berges a Egusquiza deja claro el asunto:

Yo había creído que ya existía una alianza entre el Brasil y la República Argentina pero Ud., en la estimada que contesto, me hace esperar lo contrario. Lo mismo me aseguran otros corresponsales del Rio de la Plata (Sic).

Hasta el propio Berges ahora está convencido de que ninguna alianza prematura existe entre brasileños y argentinos, y lo hace varios días antes de que el Presidente Solano López -a la vista de ello- decidiera pedir a la Argentina permiso de paso por las buenas ya que no tenía motivos para hacerlo por las malas cuando que ese país se mostraba neutral en el conflicto paraguayo-brasileño.

El entonces presidente General Francisco Solano López da otra muestra inequívoca de que la falacia lopista sostiene una mentira. En carta al Gral. Urquiza del del 23 de diciembre de 1864, portada por el ex cónsul argentino en Asunción José Tomás Ramirez, López informaba al general enterriano sobre las operaciones paraguayas en el Matto Grosso brasileño y remata diciendo:

En el deseo de que estas últimas no existen dudas sobre su objetivo, y para prevenir interpretaciones malévolas o interpretaciones menos correctas de los sentimientos que siempre he profesado a V.E. me es grato asegurarle que esta disposición no es emanada sino del cumplimiento de los deberes militares que la situación impone a la República y no una amenaza a las provincias amigas de Entre Rios y Corrientes, ni al Gobierno Nacional Argentino, aun cuando la política del Gral. Mitre y el apoyo moral con que protege los desmanes del Gobierno Imperial justificarían cualquier prevención[2] (Sic).

Efraim Cardozo (foto), autor de la obra “Hace cien años”, dice:

El comisionado Ramírez debía también explorar las posibilidades de una alianza con Urquiza en caso de rompimiento con el gobierno de Mitre”[3] (Sic).

Ni siquiera Solano López se planteaba en esta correspondencia que el Gobierno Argentino -con el que aún mantenía relaciones formales- estaba aliado en firme con el Imperio, sólo desliza una eventual simpatía hacia el mismo.

Otra carta de Egusquiza a Berges del 31 de diciembre de 1864, seis días después de iniciada la invasión paraguaya al Mato Grosso brasileño. Egusquiza escribe:

Este gobo. (Gobierno Argentino) parece enteramente decidido a guardar completa neutralidad en la cuestión Paraguayo-brasilera, y yo no estoy distante en creerlo, no por que sea o lo considere simpático a nuestra causa, sino por propia seguridad y conveniencia por q (que) no contando con Corrtes. (Corrientes) y Entrerios para esa alianza (con el Brasil) se trasformación de agresor a agredido por las partes más importantes de lo q (que) constituye la actual Repca. Arga, (República Argentina). Es por estas razones que creo que es verdadera la intención de guardar neutralidad[4]. (Sic).

                La mejor prueba de la inexistencia de una alianza entre argentino y brasileños la da el escrito dirigido por el canciller paraguayo José Berges al Gobierno Argentino solicitando el permiso para el paso inocente de tropas paraguayas por territorio de la provincia de Corrientes al objeto de llevarle la guerra al Brasil que ya había iniciado unos meses antes. El oficio es de fecha 14 de enero de 1865[5]. ¿Por qué el Gobierno del Paraguay solicitaría permiso para pasar por el territorio del país que es presentado como aliado del Imperio del Brasil?. La lógica nos dice que el Paraguay –sencillamente- debió invadir la Argentina sin necesidad de solicitar permiso, en caso que realmente fuera aliada del Brasil.

15 de marzo de 1865. Carta de Berges (foto) al agente confidencial en Buenos Aires Don Félix Egusquiza. En plena guerra ya iniciada entre el Paraguay y el Brasil y respecto del eventual bloqueo de la escuadra imperial del lugar llamado “Tres bocas” (confluencia del rio Paraguay en el Paraná), la preocupación de la población paraguaya al respecto y la duda sobre la autorización del Gobierno Argentino para el paso de esa flota por el rio Paraná, Berges dice:

Sin embargo de estar vigente el Tratado Avahete, mi convicción es que el Gobierno del General Mitre se prestará a su reconocimiento con la mayor facilidad (sic)[6].

Vale decir que para el Ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay lo que permitiría al Brasil hacer pasar los cañoneros de su escuadra imperial por el río Paraná es un Tratado de navegación firmado en 1856 de la misma manera que brasileños y paraguayos tenían otro para el rio Paraguay y no por efecto de una eventual alianza prematura para traerle la guerra al Paraguay como sostiene la falacia lopista.

De nuevo tenemos al canciller paraguayo en la misma carta:

El Congreso se ha ocupado mucho de nuestras relaciones con el Gobierno Argentino con motivo de haber negado el paso inocente a las fuerzas paraguayas por el territorio de Corrientes, que nos va a traer precisamente un conflicto con esa República(Sic).

El razonamiento que debemos hacer aquí es de varios pasos. El primero nos debe decir que, para marzo de 1865, en plena guerra brasileño-paraguaya el Gobierno del Paraguay seguía manteniendo relaciones diplomáticas con el de la Argentina y sería absurdo pretender que un país mantenga relaciones con el aliado de su enemigo. El segundo paso nos dice que por ese relacionamiento intacto aún el Gobierno Paraguayo solicitó al argentino -y de buenas maneras- aquel paso inocente y no violento, algo que obviamente no haría un país que quiere pasar por el territorio del aliado de su enemigo y en tercer lugar el texto de Berges es claro cuando dice que el conflicto con la Argentina vendrá por la negativa a conceder el paso inocente de tropas paraguayas por su territorio y no por su eventual condición de aliada del Brasil. Berges, de nuevo, lo hizo.

Días después, 22 de marzo, el mismo Félix Egusquiza le escribía al Canciller Berges respecto del Gobierno Argentino:

..por lo que creo que este gobierno no nos hará la guerra de un modo franco y leal, aún dado el caso que nuestras fuerzas pisen territorio argentino al pasar para Rio Grande (do Sul) sin que por eso deje de auxiliar de un modo clandestino a nuestro enemigo como lo hacía con Flores, esto no obstante las protestas que me aseguran hace el Gral. Mitre en que su gobierno guardará en la presente lucha una estricta neutralidad(sic)[7].

De nuevo razonaremos por partes, la primera nos dice que Egusquiza aún no considera enemiga a la Argentina, sólo al Brasil, la segunda dice que si la Argentina le haría una guerra al Paraguay será a escondidas sólo auxiliando al Brasil clandestinamente lo cual nos dice que no hay aquí una alianza en firme que permita a la Argentina actuar abiertamente y esto confirma que el tan recurrido Protocolo del Paraná de 1857 no tenía vigencia ni valor alguno. En la tercera, Egusquiza muestra a un Mitre celoso de la neutralidad de su país confirmando, con otras palabras, lo que O’Leary escribió en su libro, eso de que Mitre  “no quiso formalizar el viejo compromiso, considerando que un Tratado contra el Paraguay era todavía prematuro” (Sic).

En la parte superior de la carta que desde Buenos Aires le envía Egusquiza a Berges puede leerse:

El mensaje de S.E. el señor presidente de la Honorable Corporación Nacional (Congreso Paraguayo de 1865 que se reunió para declararle la guerra a la Argentina) así como los discursos de los miembros de dicha Corporación en la parte que se refiere a la conducta ambigua de este Gobierno (argentino) ha causado bastante impresión en el público (argentino) pero que ven en perspectiva una guerra a la que seguramente no se había animado ni creo lo esté definitivamente(Sic).

Está claro para Egusquiza que una conducta ambigua del gobierno argentino hace que ese país no tenga ninguna alianza prematura pactada previamente con el Brasil de allí que queda explicado que Mitre no desea meter a su país en una guerra para la que no está preparado, salvo que lo provoquen con una agresión.

Otro personaje paraguayo también aporta lo suyo, se trata de Gregorio Benítez, secretario de la legación paraguaya en Paris, quién refiriéndose a una nota de Francisco Solano López dirigida al Encargado de Negocios de dicha legación, Cándido Bareiro, dice:

Refiriéndose a la actitud probable de algunas provincias argentinas, en el caso de una alianza del general Mitre con el Brasil contra el Paraguay, López, con fecha 26 de febrero de 1865, decía: “etc. etc. (Sic)[8].

Si para Benítez la alianza brasileño-argentina es sólo un posible caso, tal alianza aún no existe dos meses antes de que la verdadera sea firmada.

Otra prueba que aportan los documentos del Archivo Nacional de Asunción sobre  la inexistencia de una alianza prematura para traerle una guerra al Paraguay por parte de la Argentina y el Brasil conjuntamente, es la referida a los varios embarques de armamento que el Paraguay siguió recibiendo sea embarcado o reembarcado en el puerto de Buenos Aires sin ser molestados por las autoridades argentinas en el período en el que el Paraguay ya habia invadido el Mato Grosso brasileño y la guerra con el Imperio del Brasil estaba desatada desde la captura del vapor brasileño “Marques de Olinda” en Noviembre de 1864. Exhibimos manuscrito de ingreso de 1.231 fusiles de diverso tipo el día 21 de Febrero de 1865, transportados recientemente por el vapor nacional Parana[9], momento en el que la Argentina ya había rechazado el pedido paraguayo de paso inocente de tropas por la Provincia de Corrientes y el Congreso Paraguayo fue convocado para declararle la guerra a la Argentina por dicho motivo. ¿Qué país vendería armamento o lo dejaría pasar por su propio puerto en dirección al enemigo de su aliado? Ninguno, por supuesto.

Sobre el punto, otra prueba similar tiene mayor impacto aún. La aporta el historiador inglés Pelham Horton Box (1898-1937), cuando trascribe un diálogo entre Anacarsis Lanús, comerciante argentino con negocios en el Paraguay y el presidente general Bartolomé Mitre donde –entre el 23 y 24 de marzo de 1865- en plena guerra paraguayo-brasileña- el primero le advierte al segundo sobre un cargamento de armas europeas que transbordaría en Buenos Aires con destino a Asunción en el vapor Salto a lo que Mitre respondió:

No veo inconveniente ninguno en que el vapor lleve armas, no podemos negar al Paraguay lo que no negamos al Brasil (Sic)[10].

En un documento archivado en el A.N.A. puede verse el contenido de ese cargamento del Salto que es recibido el 1° de Abril en Asunción a pocos días de haberse declarado la guerra a la Argentina; fusiles, tercerolas (fusiles cortos para caballería) y sables[11].


[1] A.N.A. . AHRP 3272 – Egusquiza a Berges

[2] Cardozo, Efraim, Hace cien años, Tomo I, p.50

[3] Cardozo, E., id, ib.

[4] A.N.A. – AHRP – 3367, 1-2

[5] Cardozo, Efraim, ob. Cit. p. 59

[6] A.N.A. – AHRP – 3711 – 63

[7] A.N.A. AHRP – 3731 – 1 al 6 – Egusquiza a Berges

[8] Benítez, Gregorio, Anales diplomáticos y militares de la República del Paraguay, Tomo I – Asunción, Est. Tip. De Muñoz Hnos. 1906 – Ed. Digital Biblioteca Virtual del Paraguay – 2005 – p. 146

[9] A.N.A. Carpeta 2383 – documento N° 18. http://riobranco.anasnc.senatics.gov.py/uploads/r/archivo-nacional-de-asuncion/3/c/9/3c9bdddb5ab89dacb7d018a314138dd7ac254ca71d00537b32be550009043fa0/PY-ANA-AHRP-2383.pdf

[10] Horton Box, Pelham, Los orígenes de la Guerra de la Triple Alianza, Asunción, El lector, p. 240.

[11] A.N.A. – A.H.R.P. – Carpeta 2383 – Documento N° 21. http://riobranco.anasnc.senatics.gov.py/uploads/r/archivo-nacional-de-asuncion/3/c/9/3c9bdddb5ab89dacb7d018a314138dd7ac254ca71d00537b32be550009043fa0/PY-ANA-AHRP-2383.pdf

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