10.Martin Mac Mahon y la existencia de los “Papeles del tirano”.

Al final de la batalla de Ita Ybate, el 27 de diciembre de 1868, las tropas aliadas irrumpieron en el Cuartel General de Francisco Solano López y se encontraron con un botín que incluyó mucho de los enseres del Mariscal, ropa, artículos personales y también toda la documentación del Ejército Paraguayo que estuvo en poder de su administrador el Gral. Resquín y que por las prisas de abandonar el lugar no tuvo tiempo de destruir.

El coronel Juan Crisóstomo Centurión, protagonista y miembro de aquel Cuartel General escribe:

La derrota fue tan evidente y positiva, que el mismo Mariscal no tentó anularla. Todos sus bagajes fueron tomados. Sus carruajes, ropas, documentos, sombrero y el famoso poncho redondo con flecos de oro, cayeron junto con los bagajes en poder del enemigo[1] (sic)

 

Por su lado, el coronel Silvestre Aveiro (foto) señala respecto de los servicios que le tocó hacer después de la derrota de aquella batalla:

Este servicio consistió en que habiendo sido comisionado en los momentos de haberse ya declarada totalmente la derrota, para ver de salvar los coches de la Secretaría y los equipajes del Mariscal, que quedaron en el Cuartel General, abandonados[2]

Parte de esa documentación fueron unos registros de las ejecuciones por distintos medios de más de 800 personas entre militares y civiles, nacionales y extranjeros, sean desertores o implicados en los procesos por conspiración.

A los pocos meses del año siguiente, 1869, por orden del Gobierno Argentino se publicaron en Buenos Aires dos libros cuyo objetivo fue el de mostrar al mundo las atrocidades cometidas por el Gobierno Paraguayo tanto en sus mismos connacionales como con los extranjeros residentes en el país y prisioneros de guerra y todo en base a esos documentos capturados. Al registro o lista de ejecutados se le tituló como “Las Tablas de sangre de López” o “Cuaderno de Resquin” y como tal fue publicada in extenso al mismo tiempo que se dieron a conocer muchas declaraciones de prisioneros paraguayos y de ex prisioneros argentinos liberados en dicha batalla.

El primero de esos libros se editó en idioma inglés bajo el título ”The War in Paraguay – Presidente López oficial papers” (1869 – Standard Printing Office) (foto) y el segundo, editado en español, fue titulado como “Papeles del tirano del Paraguay” (1869-Imprenta Buenos Aires). Ambos tenían en común la lista de ejecutados en las “Tablas de sangre” pero diferían en el contenido de las declaraciones de los personajes afectados haciendo que lo que en uno aparecía, no aparecía en el otro y vice versa. Una tercera versión, también en español, fue publicada en 1871 titulada Los Papeles de López, el tirano pintado por si mismo, por la Imprenta Americana de Buenos Aires, con la misma lista de ejecutados y con nuevas declaraciones personales de los protagonistas.

Al momento que el embajador americano Martin Mac Mahon (foto) salió del Paraguay en Julio de 1869 (su misión sólo duró seis meses) y pasó por Buenos Aires habría leído uno de los ejemplares descriptos y afirmó que el contenido debía ser catalogado de propaganda de guerra dando por toda explicación el hecho que en esa publicación se hablaba de la ejecución del vicepresidente paraguayo Francisco Sánchez (la versión en español de 1869 describe este hecho en la página 21, la inglesa en la página 2) pero que lo había visto vivo y en persona después de su supuesta ejecución en las Lomas Valentinas.

El 15 de noviembre de 1869, en una nueva comparecencia de Martin Mac Mahon ante el comité de Asuntos Extranjeros del Congreso de los Estados Unidos donde se investigaba la actuación del ministro americano anterior Charles A. Washburn se desarrolla el siguiente intercambio de preguntas (P) y respuestas (R) entre un miembro del Comité y el propio Mac Mahon.

P. Usted afirma en su testimonio anterior que la lista de personas que afirman haber encontrado en el diario del general Resquin no era correcto. ¿Hasta qué punto es incorrecto?

R. Eché un vistazo a la lista publicada en Buenos Ayres y noté que incluía el nombre del vicepresidente de Paraguay (Francisco Sánchez), que sabía que estaba vivo. Su nombre figura en la lista y en el folleto se le describe como el difunto vicepresidente presidente. Este folleto fue publicado por las autoridades de Buenos Ayres y me lo entregaron como prueba de las atrocidades de López. Lo miré y recuerdo ver el nombre de este vicepresidente en la lista, y el párrafo que da la descripción refiriéndose a él como vicepresidente y afirmando que fue torturado durante un largo tiempo, y luego ejecutado. Le dije a la persona que me lo entregó que este hombre estaba viviendo cuando salí del Paraguay. Le presté muy poca atención a la lista, simplemente al echarle un vistazo y notar varios casos en los que era incorrecto y que muchos de los ejecutados fueron fusilados por deserción; que otros eran espías del enemigo, y que un gran número había muerto a causa de enfermedades.

P. ¿El documento no fue elaborado por uno de los propios oficiales de López?

R. Puede que lo haya sido. Me inclino a pensar que fue interpolado en otros lugares.

P. ¿Cuántos nombres puedes mencionar que no estén correctamente expresados?

R. Es imposible que yo diga. Conocí a muchos soldados en Paraguay, pero no sé sus nombres. Noté el nombre de una persona aquí como alguien que murió, y ese hecho es cierto porque yo estaba presente; pero murió por una bala brasileña.

P. ¿No es común, en estos antiguos países españoles, encontrar muchas personas que llevan el mismo nombre ?-


R. No lo sé. Es muy difícil llegar a la verdad a partir de cualquier documento comentarios publicados. El comité recordará que nunca hubo una guerra en referencia al cual hubo tanta mentira como en esta guerra del Paraguay[3].

La falacia lopista se ha basado en el comentario de Mc Mahon, que –sin citar más nombres- sólo comprende a una sola persona, para negar todo el material publicado en cualquiera de las versiones aduciendo –por ello- que todo fue un montaje aliado y que las listas de fusilados y los demás documentos adjuntos fueron también creados al sólo efecto de lograr la condena internacional de Francisco Solano López y, además, la ausencia de los originales en los archivos argentinos reforzaría la tesis de su inexistencia, pero nada dicen que entre los documentos publicados -precisamente en la versión que habría leído Mc Mahon- se halla la muy conocida y analizada carta de respuesta del mismo Francisco Sánchez dirigida a Solano López en la que hace su defensa de la acusación que el Mariscal-Presidente le formula como eventual implicado en la conspiración. ¿Cómo podría el Gobierno Argentino publicar dicho documento –en inglés y en español-  en los primeros meses de 1869 si no fuera porque el mismo documento realmente fue capturado el día que terminó aquella batalla de Itá Ybate en diciembre de 1868?. Este mismo documento fue publicado en la pos guerra por el protagonista coronel Juan Crisóstomo Centurión, a fines del siglo 19, quien se explayó sobre la calidad de los argumentos esgrimidos por el anciano servidor público.

La supuesta muerte del Vicepresidente Francisco Sánchez tiene una explicación y es que con ese nombre aparecen fusiladas varias personas, hasta cinco. La primera aparece en la página 96 (en español-foto), correspondiente al día 10 de noviembre de 1868, con la siguiente leyenda:

Lista de reos muertos en la trinchera:paraguayos Mariano López, Francisco Sánchez, Alejo Benítez, Sebastian Ferreira y Buenaventura Soria.

La segunda aparece casi inmediatamente después de la primera, está en la página 97 correspondiente al 11 de noviembre del mismo año (al día siguiente del primero) y la frase dice:

fueron pasados por las armas los reos: Cap. Andrés Maciel, paraguayo traidor (y sigue la lista…), y los soldados Bernabé Sánchez, Donato Lezcano, Aniceto Joare, Francisco Sánchez, Sebastián Alonso…...

El tercer Francisco Sánchez está inmediatamente detrás del segundo, en la misma lista y mismo día 11 de noviembre, pero esta vez la cita dice:

id. Id. Urbanos Francisco Sánchez, Victoriano Cabriza, Ignacio Vera, …..

Y tampoco así este tercer “Francisco Sánchez” podría ser el anciano vice presidente porque éste no es un soldado de línea como el segundo, este tercero es un “Urbano” o reservista que venía de los tiempos de Don Carlos y el Dr. Francia. Hay diferencias entre soldados, urbano y vicepresidente. Foto de las páginas 96 y 97 citadas.

Un cuarto “Francisco Sánchez” aparece en la página 59 de la versión en inglés, el día 11 de diciembre de 1868 y en este caso no es un traidor, es un “criminal were put to death” (criminal ejecutado).

El quinto “Francisco Sánchez” aparece inmediatamente detrás del cuarto, pero esta vez es un ciudadano común. En total, entonces, son cinco fusilados con el nombre de “Francisco Sánchez”, entre soldados, urbanos, traidores, criminales y civiles y todo en un plazo de 31 días, pero no un Vice-presidente.

Es por ello que la pregunta que le formulan a Mac Mahon en el congreso de su país “¿No es común, en estos antiguos países españoles, encontrar muchas personas que llevan el mismo nombre ?, supone que los miembros del Comité pronto se dieron cuenta que se trataba de un caso de homonimia que Mac Mahon –con su respuesta- prefirió desentenderse al quedar en evidencia la debilidad de su argumento.

 

Fuente: https://bibliotecanacional.gov.py/biblioteca/the-war-in-paraguay-presidente-lopes/

Es obvio que los aliados aprovecharon la evidente homonimia resultante a la hora de revisar las listas para denunciar un magnicidio, sin embargo, la mera negación de lo general sostenida por la falacia lopista, en este caso por el propio Mc Mahon, por efecto de lo particular, no alcanza a desvirtuar la publicación en cualquiera de sus versiones ya que existen numerosos casos de hechos o nombre de ejecutados que, citados en esas resistidas y negadas publicaciones, tienen su confirmación en otras posteriores tanto del siglo 19, 20 incluso el actual siglo 21, como pasaremos a ver.  

Matías Goiburú. La declaración más completa que existe.

La declaración de Matías Goiburú (foto) a los aliados en Asunción entre febrero y marzo de 1869 aparece publicada en la versión de 1869, en español, ordenada por el Gobierno Argentino. No aparece en la versión en inglés.

Todo indicaría que Goiburú llevaba anotaciones de sus funciones de juez en los procesos y de las personas más notorias que fueron pasadas por las armas, incluso varios declarantes, prisioneros paraguayos como Teodoro Sánchez del Batallón 40 hecho prisionero en Avay, José González prisionero en Riachuelo, se allanaron a su declaración.

Goiburú cita una larga nómina de fusilados, entre notables y desconocidos, listados en las “Tablas de sangre”, incluye además a los fusilados el día 21 de diciembre que ya no figuran en dichas “tablas”; Benigno López, José Berges, Juliana Insfran, Vicente Barrios y otros que están también citados en la obra de José Falcón como fusilados ese día. 

No hay indicios que señalen que en la pos guerra el capitán Goiburú haya negado públicamente su declaración ante los aliados. En 1877 participa del asesinato del presidente Juan B. Gill.   

Dorotea Drupat de Lasserre y la pérdida de todos sus seres queridos.

El de Dorotea Drupat de Lasserre (foto) es un caso desgarrador pues en los procesos de San Fernando perdió al marido, al padre y al hermano. Eran almaceneros franceses que poseían un comercio en Asunción con buen suceso, pero cuyo supuesto delito fue el de estar involucrados en el vaciamiento del Tesoro Nacional. Originalmente fueron destinados, por separado primero a Piribebuy y luego Valenzuela, pero recalaron finalmente en una propiedad rural entre Limpio y Luque donde se desarrolló el drama familiar. Su negocio fue vaciado en diciembre de 1868, días antes que los aliados ocuparan la capital.

Dorotea Duprat de Lasserre escribió sus memorias en las que relató el vía crucis que padeció cuando se dictó orden de captura de su marido:

“El 6 de Julio de 1868, a las nueve de la noche, llegó a nuestra casa un soldado diciendo que el jefe de policía quería hablar con D. Francisco Lasserre. Partió el infeliz para nunca más volver”[4].

            A la vista del apresamiento de su marido recurrió al cónsul francés Paul de Cuverville (en Luque) que sólo atinó a protestar contra la medida frente a la mujer, pero sin darle ninguna esperanza. Duprat agrega:

“Me despedí aterrorizada, porque comprendí que iban a ser presos todos en general. Llegué en casa bañada en lágrimas, anunciando a mi padre y a mi hermano que ellos en breve tendrían la misma suerte que mi marido[5].

El relato continúa diciendo que a la media noche de ese día llevaron detenido a su padre y el día 19 de Julio a su hermano Aristide Dupratt, esta vez con inusitada violencia. El día 23 la señora presenta al cónsul francés una súplica escrita a Francisco Solano López para liberar a sus seres queridos en ocasión del festejo del natalicio del presidente, pero el cónsul no remitió la súplica aduciendo que López dispuso que no recibiría ningún pedido de libertad.

En la versión en inglés, pág. 50, y en la en español, pág. 90 de Los papeles del Tirano, aparecen fusilados el día 22 de agosto de 1868 los “reos traidoresCipriano Duprat y Narciso Lasserre, y en las páginas 49 y 90, respectivamente, aparece fusilado el 9 de agosto el “reo traidorAristide Duprat. Llama la atención que Aristide, hermano de Dorotea, haya sido fusilado apenas 21 días después de ser detenido lo que indicaría que en su caso se procedió casi sumariamente y sin proceso. Dorotea fue una “destinada” más que junto a su madre llegaron hasta Espadín y liberada por los brasileños en la navidad de 1869 cuando por primera vez supo que su marido, padre y hermano habían sido fusilados más de un año atrás.

            Fuente: https://bibliotecanacional.gov.py/biblioteca/the-war-in-paraguay-presidente-lopes/

No pasa desapercibido, en la foto de arriba (The War in Paraguay), el hecho que ese mismo día 22 de agosto de 1868 del fusilamiento de estos ciudadanos franceses y cuatro días antes que Solano López abandonara el campamento de San Fernando, aparecen ejecutados conocidos personajes que son citados por los dos más importantes cronistas y protagonistas de la guerra en sus obras. Así son fusilados ese día Pio Pozzoli, italiano, citado tres veces por el coronel Silvestre Aveiro como candidato a asesinar a Solano López, José Vicente Urdapilleta, ex juez en lo civil 2ª. instancia,  citado como conspirador por el propio canciller paraguayo Luis Caminos en su famosa carta del 4 de septiembre de 1868 dirigida al ministro americano Charles A. Washburn exhibiendo precisamente la supuesta declaración de Urdapilleta donde incrimina al diplomático en la conspiración, finalmente vemos a Tristán Roca, boliviano, citado por Centurión como su inspirador en la redacción del diario El Centinela [6].

También aparecen fusilados como “reo traidorJames Manlowe, oficial americano de la ex Confederación de los EEUU, citado tanto por Centurión como por Aveiro, William Stark, único súbdito inglés fusilado por traidor citado por Josefina Plá en su libro sobre los ingleses en el Paraguay, Francisco Rodríguez Larreta, ex cónsul uruguayo en Asunción, también citado por Caminos, el español Narciso Prado y el paraguayo Sebastian Ibarra, citados por Aveiro, y hasta tres ciudadanos españoles de apellido Oribe o Uribe (día 20) a los que Aveiro se refiere como:

“los jóvenes españoles torturados que murieron sin confesar nada”.

Si los Papeles del Tirano son un invento de los aliados, como reza la falacia lopista, ¿cómo pudieron obtener en 1869 toda la información de las ejecuciones de estos personajes que figuran en dos de las más importantes fuentes bibliográficas de esta guerra, la de Aveiro y la Centurión cuando que estas dos fuentes no fueron publicadas sino hasta más de veinte años después de estos casos de ejecuciones? La falacia lopista impugna la publicación del Gobierno Argentino por un solo caso de homonimia, el de Francisco Sánchez, pero nunca podrá responder a la pregunta formulada, no pueden, no es funcional a la impugnación que sostienen.

Julian N. Godoi, el principal fusilador de San Fernando.

Julián Nicanor Godoi (foto) fue un personaje clave para este capítulo. Comandó las más de las veces a los pelotones de fusilamientos en San Fernando y le cupo la deshonrosa tarea de custodiar a los reos que sobreviviendo las purgas de San Fernando fueron llevados engrillados hasta las Lomas Valentinas durante más de seis días y sus noches. En 1888, en una de las más extensas declaraciones que recibió el argentino Dr. Estanislao Zeballos, Godoi se refirió a San Fernando y declaró libremente haber fusilado al último grupo de personas el mismo día del abandono de Solano López de ese campamento, 26 de agosto de 1868. De los siete nombrados taxativamente por Godoi en su declaración a Zeballos cinco de ellos en encuentran en Los papeles del Tirano, tanto en la versión en inglés (p.51) como en español (p. 91) a saber: ex Gral. José Ma. Bruguez, ex coronel Manuel Nuñez, ex mayor Vicente Mora, el ex ministro de Hacienda Carlos Riveros y Miguel Rojas (fue listado como Rosas). Godoi recordó haber fusilado tres o cuatro sacerdotes ese día y en las listas aparece el ex presbítero Vicente Barán[7].

En su declaración Godoi se refiere al desplazamiento de los reos de San Fernando a Lomas Valentinas:

..y como llevábamos muchísimos presos engrillados como dije anteriormente  y entre ellos muchas señoras y señoritas , que por su estado no podían resistir los rigores de la marcha, teníamos orden superior de matarlas y así las que no podían seguirnos eran lanceadas o degolladas para impedir que los enemigos que nos perseguían adquiriesen por ese medio noticias de nuestra situación[8].

 En la versión en inglés de Los Papeles del Tirano puede apreciarse en la página 52, y 92 en español, la lista de los “Presos muertos en el tránsito de San Fernando a Cumbaryty, desde el pasado 27 del pasado agosto hasta el 3 del corriente”. La lista es de reos varones muertos en ese trayecto sin otra especificación, no habla de mujeres, pero Godoi las considera metidos entre éstos sin mencionar que estaban procesadas lo que supone que fueron asesinadas sin proceso legal alguno más que no servir de informantes al enemigo.  

De esta manera, la información contenida en la resistida publicación de Los Papeles del Tirano de 1869 tiene confirmación cruzada en otras publicaciones posteriores o muy posteriores que no han sido objeto de impugnación ninguna.

La mejor prueba de la existencia de los “Papeles del Tirano”

El 3 de diciembre de 1869, ocho meses después de iniciarse la investigación del Comité de Asuntos Extranjeros del Congreso de los Estados Unidos y pocos días después de la segunda intervención de Martin T. Mac Mahon, este organismo recogió una de las tantas declaraciones del americano Porter C. Bliss, ciudadano americano que había sido privado de su libertad por orden del Gobierno del Paraguay en septiembre de 1868 y liberado tres meses después. El texto dice:

El Sr. PORTER C. BLISS compareció e hizo la siguiente declaración adicional: En referencia a las declaraciones realizadas por el General McMahon en su testimonio respecto a la lista publicada de los nombres de las víctimas de López, deseo afirmar que sus observaciones se refieren sólo a la lista no oficial que vio en Buenos Ayres, y no al documento original que fue capturado del carruaje de López el 27 de diciembre de 1868. El general McMahon no ha designado el nombre de una sola persona encontrada en el documento original que no fue ejecutado o no murió como la llamada muerte natural tal como se indica en el mismo. En esa lista oficial no se ha demostrado ni una sola excepción, que comprende los nombres de quinientas ochenta y ocho personas. Las dos o tres personas mencionadas por el general McMahon, como el vicepresidente Sánchez, el coronel Venancio López, uno de los hermanos del presidente y ministro de la Guerra, Caminos, nunca han figurado en ninguna lista oficial y sólo han sido reportados de manera vaga a través de los periódicos de América del Sur como una de las víctimas. Pero en la lista presentada por el Departamento de Estado y en la lista que se encuentra en el folleto publicado por el gobierno de Buenos Ayres, están correctamente dados; y el general McMahon no ha establecido el caso de una única excepción de personas mencionadas en esas listas.

La ejecución de Carreras y de otros amigos míos, dispersos desde agosto hasta diciembre, en todos los casos se dan correctamente, según lo mejor que recuerdo. No hemos podido detectar ninguna incorrección y, en consecuencia, tenemos todos los motivos para creer que la lista es totalmente correcta[9].

 Con independencia del hecho que se trata de la palabra de Bliss contra la de Mc Mahon, el primero deja claro la manera en que el segundo habría emitido sus conclusiones sobre el eventual caso de homonimia del vicepresidente Sánchez, amén de otros, pero, por encima de ello, queda en innegable evidencia que la lista de “las tablas de Sangre” como se llamó a la lista de ejecutados de los diarios del Gral. Resquín –al menos hasta quinientos ochenta y ocho ejecutados- llegaron hasta el Congreso Americano y fueron objeto de inclusión en las actas del Comité que investigó el caso (“Pero en la lista presentada por el Departamento de Estado y en la lista que se encuentra en el folleto publicado por el gobierno de Buenos Ayres…..). Se debe señalar que en el capítulo que usamos de fuente para este caso (Paraguayan Investigations, 41st. Congress, 2nd. Session, may 5, 1870 Report), se hallan incorporadas partes de las declaraciones de Matías Goiburú y de Julian Nicanor Godoi que ya hemos comentado, además de la de Alonso Taylor (incluida como anexo) y de algunos casos que sirven de ejemplo de los fusilamientos llevados a cabo e informados por el Gral. Francisco I. Resquín (a partir de la página 286).

Llama la atención el hecho que indica que aunque las listas de ejecutados por la supuesta conspiración fueron capturadas por los aliados en Itá Ybaté, salvo el proceso contra el Obispo Palacios que obra en el Archivo Nacional, las supuestas actas manuscritas de los procesos a todos los fusilados nominados como traidores no aparece por ningún lado, ni en los repositorios de los países aliados ni en el Paraguay lo que supondría que esos procesos -en algunos casos- nunca habrían constado en ningún documento y aquellos fusilamientos –al parecer realizados por simple orden superior- tan sólo fueron registrados por el Gral. Resquín en aquellas listas. Quizás el caso más emblemático de una notoria figura histórica es el del fusilamiento del Gral. José María Bruguez, registrado en los “Papeles de López” el 26 de agosto de 1868, y del que las actas procesales o dictamen fiscal brillan por su ausencia. Hasta la fecha prácticamente no se conoce las causas de su inclusión en aquellos juicios.

Se concluye, en consecuencia, que la lista de ejecutados en San Fernando y Lomas Valentinas, conocida como “Papeles de López” o “Papeles del Tirano” es auténtica y refleja la nómina de los ejecutados, sea por fusilamiento o lanceamiento de desertores, prisioneros o de los procesados por el supuesto caso de conspiración contra el Gobierno Nacional en 1868.


[1] Centurión, Juan C., Memorias o Reminiscencia Históricas de la Guerra del Paraguay, Tomo III, Biblioteca Virtual, p. 263

[2] Aveiro, Silvestre, Memorias Militares. 

[3] Paraguayan Investigations, 41st. Congress, 2nd. Session, may 5, 1870 Report, Testimony – Additional statement of Martin T. Mac Mahon  – Washington, DC, november 15, 1869 – P. 272/3.

[4] Duprat de Lasserre, Dorothea, Memorias de Mme. Dorothe Duprat de Lasserre, versión y notas de J. Arthur Montenegro, 1ª. edición, 1893, Editores: Reis, Bastos & Cía – p. 16. Puede verse en idioma inglés en 

[5] Id. Ib. p. 17

[6] Centurión, Juan C. ,    Tomo III, p. 308.

[7] Brezzo, Liliana (ed.) La Guerra del Paraguay en primera persona, Asunción -2015, Tiempos de Historia, p. 133

[8] Id. Ib.

[9] Paraguayan Investigations, 41st. Congress, 2nd. Session, may 5, 1870 Report, Testimony – Additional statement of Peter C. Bliss – Washington, DC, December 3, 1869 – P. 306

2 thoughts on “10.Martin Mac Mahon y la existencia de los “Papeles del tirano”.

  1. Federico Cabello

    Excelente artículo. Me gustaría leer una investigación sobre los originales: dónde, cómo y cuándo se perdieron, y alguna hipótesis de dónde podrían estar, si es que existen todavía. Muchas gracias.

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    1. lafalacialopista Post author

      No hay información sobre su destino final. Dado que son de finales de 1868 es difícil, pero no improbable, que estén en el Archivo Mitre ya que fue el Gobierno Argentino quien decidió publicarlos. Estos papeles no fueron objeto de investigación profunda por parte de los historiadores argentinos por lo que no hay indicios que hayan sido ubicados en el Archivo de la Nación de Buenos Aires, otro probable destino. Lo palpable es que muchos nombres que figuran en esos papeles están corroborados como ejecutados en otras obras, una confirmación cruzada.

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