5.El brasileño da Silva Paranhos y su fracasada gestión en Argentina buscando una alianza.

Otra prueba categórica de una fuente primaria y que desvirtúa totalmente la existencia de una alianza previa a la guerra es otra carta de Egusquiza a Berges, fechada en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1864 cuando el ministro brasileño José María da Silva Paranhos visitó esa ciudad:

Ayer llegó a ésta el Sr. Paranhos en mición extraordinaria en el Río de la Plata no se sabe si su mición es únicamente cerca de este gobierno (argentino) o si también es para cerca del de la Rca. (del Paraguay) y el del Uruguay ni los objetos de la micion de que es encargado pues aunque se dice que viene a buscar la alianza argentina contra el Paraguay no se sabe esto de un modo positivo pues otros dicen que su principal mición es cerca del Gbno. de la República del Paraguay(Sic)[1].

Dias después se supo, y O’Leary lo confirma, que efectivamente Paranhos buscó esa Alianza y Mitre se la negó.

Y el día 7 del mismo mes y año, Egusquiza vuelve a escribir sobre Paranhos:

El Sr. Paranhos ha dicho que no aceptaría el Gbno. del Brasil mediación ninguna en la próxima guerra con la Repca. (del Paraguay), esto lo ha dicho con motivo de habérsele dicho que el Gbno. Arg°. (Gobierno Argentino) se encontraba en las actuales circunstancias en el caso de ofrecer su mediación como buen vecino (Sic)[2].

¿Cómo podría un aliado hacer de mediador con el enemigo?

Para el día 20 de diciembre, Egusquiza escribe a Berges respecto de un rumor que sus contactos en Buenos Aires le pasan:

Me han referido, y aunque creo que no pasa de una bola, se la trasmito tal cual me la (han) mandado, que exigiéndole el Sr. Paranhos al Sr. Mitre el que se declarase o le contestase categóricamente sobre la alianza que pretendía (pactar con la Argentina contra el Paraguay), que le había contestado (Mitre) que no se había ocupado aun en estudiarlo y que era un asunto muy delicado a la vez de muy grave pero que (ilegile) le decía que no haría ningún reclamo ni sería molestado el Brasil en caso de pasarse fuerzas por territorio argentino(Sic)[3].

Otra prueba que desbarranca la afirmación de una alianza previa para traerle una guerra al Paraguay es un pasaje de la obra del alemán L. Schneider, consejero privado del Emperador de Alemania y del Rey de Rusia (original en alemán) que se refiere al momento en que el Brasil estaba en franca mala posición en virtud de que al mismo tiempo que tenía ocupadas a casi todas sus tropas en el Uruguay atacando al gobierno local, el Paraguay había invadido el Mato Groso y entre ambos países había un solo espacio por donde llevarse mutuamente la guerra, las provincias del noreste argentino, Entre Ríos y Corrientes (que contenía a las Misiones):

 …el Consejero (brasileño Jose Maria Silva) Paranhos, en su manifiesto del 26 de Enero (de 1865), declaraba que el Brasil aceptaba con todas sus consecuencias la lucha que de modo tan descomunal le era impuesta (por el Paraguay), y estaba decidido a proceder en consecuencia (Apéndice). Este manifiesto mostró a Mitre que el Imperio marchaba firme en sus actos y resoluciones y no obedecía a la excitación del momento. En tales circunstancias no era dudosa una respuesta negativa. Por eso Rufino de Elizalde envió la nota del 5 de febrero que, siendo en extremo delicada en sus expresiones y manifestando muchas veces el deseo de conservar relaciones amigables con el Paraguay, no por eso era menos terminante la respuesta. En ella se declaró expresamente que “así como nunca se permitiría al Imperio del Brasil llevar una guerra al territorio paraguayo a través de una provincia argentina, así también se procedería en relación al Paraguay[4](sic).

Schneider manifiesta que a la vista de esta comunicación oficial de Argentina al Brasil sobre la que tomó conocimiento, “(el cónsul paraguayo en Buenos Aires) Caminos optó por retirarse” (sic) (p. 134). Solano López siempre supo que la Argentina no concedió el permiso al Brasil para el paso terrestre de sus tropas.

En la historiografía paraguaya se aprecia a un historiador de primer nivel que se refiere al caso de Paranhos y que los actuales historiadores sostenedores de una alianza previa nunca consultaron como era su obligación. Se trata del dr. Hipólito Sánchez Quell (foto) que afirma:

En marzo del 65, Paranhos fue reemplazado por Francisco Octaviano d’Almeida Rosa. Sus instrucciones eran asegurar, si fuese posible, la cooperación de la Argentina contra el Paraguay y evitar que aquella pretendiera estorbar de cualquier modo la acción del Imperio contra el Paraguay. Brasil comenzó en seguida a solicitar insistentemente la alianza argentina. Pero la opinión pública argentina, en su gran mayoría, rechazaba toda complicidad con el Brasil (sic)[5] 

Creemos que las pruebas encontradas en la correspondencia del propio gobierno paraguayo entre su canciller y su agente confidencial en Buenos Aires, junto a la carta de Saraiva a Paranhos del 5 de enero de 1865 son suficientes como para demostrar lo contrario de lo que la falacia lopista sostiene.

La falacia de una alianza prematura, pues, descansa en una versión primigenia–la de O’Leary- que no necesariamente demuestra a cabalidad la tal alianza contra el Paraguay antes de tiempo y es solamente en los últimos años del siglo 20 donde autores paraguayos se han referido al asunto con el agravante para los historiadores titulados como son los casos del académico Dr. Cristaldo y la Lic. Quintana que teniendo los manuscritos a su disposición en el Archivo Nacional de Asunción, ya devueltos por los brasileños desde 1981 y la obra de Sánchez Quell no han consultado los mismos y han preferido mantener interesadamente una versión que está totalmente desacreditada por las pruebas que hemos exhibido.


[1] A.N.A. AHRP – 3272 – 1-6 Egusquiza a Berges

[2] A.N.A. – AHRP – 3272 – Egusquiza a Berges.

[3] A.N.A. – AHRP – 3305 – 1-1 Egusquiza a Berges

[4] Schneider, Luis, A Guerra da Triplica Allianca contra o Governo da República do Paraguay, 1875, Rio de Janiero, Typografía Americana.

[5] SANCHEZ QUELL, Hipólito – La diplomacia Paraguaya de Mayo a Cerro Corá – Kraft – Bs- As. 1958 – p. 207.

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